Si encontrás algo más fino, que el filo de tu silencio, sólo entonces te amaré. Rebuscada tu respuesta, tanto como tu cabeza. De este amor que nunca vio la luz, no sintió el calor, no sufrió el dolor, no vivió el morir. Muy grande la cruz, muy chico el honor, enana actitud de vivir mejor. Siempre cinco para el peso. Siempre abrazo, nunca un beso, y ahora ni torta ni pan. Sólo me quedan recuerdos de ese sueño momentáneo, viejos tiempos de adicción.
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