Ya son los dos demasiado mayorcitos como para destrozarse, así que terminen esto de una manera civilizada: aunque te duela ver que el prefiera apretar todas sus cosas en un bolsito de tan insoportable que se le hace vivir con vos, que se vaya, que olvide tu nombre, tu cara, tu casa y que pegue la vuelta. Y si te he visto, no me acuerdo. La higiene de la separación recomienda mantener distancia y no enterarse de nada, pero, ay, es prender nomás la computadora que ahí aparece: ostentando su rapidísima recuperación ante el duelo del divorcio, feliz con amigos, en la liviandad del sentirse libre. Si en la comedia tontolona Los fantasmas de mi ex la pesadilla del hombre era toparse con los muertos sentimentales que guardaba en el ropero, en la edulcorada Simplemente no te quiere, la mujer se lamentaba de la multitud de formatos que la tecnología ofrece para que un tipo la plante. SMS. E-mail. Facebook.
De tan adelantados, los gurúes informáticos no habrán previsto los problemas de cortar un noviazgo en la era de internet. Con tantas redes sociales, se impone un nuevo orden amoroso, en el que la notebook puede ser un cementerio de relaciones pasadas. Compartir sitios de fotos (¡maldito Flickr!), tener amigos virtuales en común o transmitir en tiempo real vía Twitter las alternativas del estado anímico crean otra forma de duelo por la separación. Entonces, ¿quién puede tomar distancia? En la Era Analógica, el traspié típico no iba más allá del encuentro fortuito con el amigo de tu ex. Ahora, el endiablado mundo de Facebook lleva al infinito y más allá las postales de una nueva vida después de la separación.
Es que la idea de terminar una relación está siendo redefinida. ¿Cómo hará el despechado para cortar en mil pedacitos la foto de la ex si las instantáneas de ambos en sus mejores vacaciones se multiplican por internet?
Está claro que hay un camino concreto para hacer de tu vida algo mucho más penoso de lo que ya podría ser: a) separarte de tu novio; b) pensar en tu ex novio; c) seguir en internet cada uno de los acontecimientos de la nueva vida de tu ex novio; d) convertirte en un voyeur digital, obsesionado con… tu ex novio. Como en todo cisma histórico, el divorcio informatizado necesita de su propia normativa y, después de que un erudito en cuestiones mundanas haya bautizado netiquette a las reglas de etiqueta en la web, lo que resta es actuar como una dama old-fashioned y no doblegarse ante la tentación del fisgoneo. Y si todavía no sos lo demasiado mayor como para no destrozarte, evitá el sufrimiento cada vez que prendas la computadora, andá con el mouse hasta donde diga "log off" y aceptá que simplemente no te quiere.
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